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Nazaret

Tahiche, Nazaret y Lagomar es un trio espectacular de entornos en esta isla de contrastes. Fue precisamente  en Tahiche dónde murió César Manrique y es el lugar dónde se encuentra la Fundación que lleva su nombre, geográficamente se encuentra al norte de Costa Teguise.

Una vez en Tahiche nos lleva 5 minutos en coche llegar hasta el bonito pueblo de Nazaret, que es un pequeño pueblo típico de Lanzarote, que se encuentra prácticamente en el medio de Teguise y Tahiche, aquí podemos encontrarnos con una cueva que ha sido  transformada en un museo restaurante-pub y que es conocida como Lagomar, esta propiedad incluye además varias cuevas habilitadas como vivienda y dónde viven los propietarios.

Es importante destacar que dicha casa fue propiedad del archiconocido actor Omar Sharif y es curioso disfrutar de un pequeño paseo por este entorno, y se lo recomendamos como restaurante. Posiblemente también pueda ser recomendada como un lugar para tomar las primeras copas de la noche pues es en un lugar tranquilo, sosegado y con buena música, todo preparado para disfrutar pero no hasta altas horas de la madrugada.



 LagOmar, Museum... es leyenda viva que recuerda  "La Isla Misteriosa" de Omar Sharif. Recientemente se inauguró un nuevo espacio cultural dentro del LagOmar, y abrió sus puertas el Museo LagOmar.

Este nuevo espacio nos permite recorrer la historia del actor y su leyenda, admirar la evolución histórica del LagOmar, hasta convertirse en lo que es hoy, y sobre todo admirar las vistas que desde este museo podemos disfrutar de la isla de Lanzarote, convirtiendo el lugar en una simbiosis entre arte y naturaleza.
  

 Noches de bohemia e ilusión. No sabemos si Navajita Plateá se inspiró en el brillo y el color de La Cueva Lagomar para componer el precioso estribillo que le situó en la primera plana de la música nacional. Lo cierto es que algo de esa bohemia y de esa ilusión sobrevuela cada noche, de martes a domingo, alrededor de Nazaret.

El enorme risco en el que se asientan las instalaciones del Lagomar, el restaurante, su terraza-piscina y su cueva discotequera, inyectan un aire místico al lugar, en donde todo se conecta a través de las decenas de pequeñas cuevitas dispersas por todo el edificio.

Es éste, La Cueva Lagomar, uno de los pocos espacios en Lanzarote donde conviven en armonía las parejas que conversan tranquilas con gentes dependientes de los vatios de sonido. Sonidos marchosos, desde el jazz y el blues, pasando por el soul y rematando con la fusión, que se pierden en la atmósfera naturista del lugar. Para uno o lo otro te puedes acomodar, y dejarte llevar, en las acogedoras cuevitas, con sus amplias bancadas de madera y piedra natural. O en la fresca terraza con vistas a la piscina tropical, rodeada de vegetación, que separa el restaurante y la discoteca.


En la cueva en sí también se han aprovechado las aristas de los riscos de Nazaret para dar cobijo a los noctámbulos. Desde las alturas de la misma, el pinchadiscos va modelando el ritmo de la noche. Un poco de salsa, algo de rock and roll, clásicos del blues y mucho jazz componen normalmente la carta musical. La barra es amplia y acogedora. Está bien nutrida de licores variados y el mojito y la caipiriha suben un puntito la alegría de los más animosos. La Cueva Lagomar rompe con el binomio lugar espectacular-con precios altos.

Existen, también en localidades cercanas espacios increíbles que no te cobran 9 euros por un cubata. … pero desde luego el mejor restaurante de Lanzarote es esta cueva,. Un lugar idílico e íntimo. El servicio es rápido y amable. La comida exquisita‚ prueba el atún‚ de lo mejorcito que habrás probado nunca.

Es el sitio ideal para despedir las vacaciones con tu pareja o amigos. Acompaña la velada melodía de violín muy suave‚ no molesta‚ todo lo contrario‚ muy agradable.

Te recomiendo que vayas arreglado pero no de punta en blanco‚ porque luego no puedes dejar de salir a tomar una copa en el entorno de la casa diseñado por César Manrique‚ alucinante‚ con muchos ambientes y gente guapa.

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